Los estudios demuestran que el cannabidiol reduce y contiene la propagación de células cancerígenas. Esto ocurre mediante la desactivación de genes especiales necesarios para el desarrollo de tumores cancerosos.

Investigadores de la Universidad de Nueva York han demostrado que los pacientes con espasmos resistentes a los tratamientos convencionales responden positivamente al cannabidiol.

Según un estudio realizado en Israel, los pacientes con enfermedad de Parkinson tenían menos temblores y dolor, así como un mejor sueño cuando consumían cannabis medicinal.

Según un estudio que analizó a pacientes que padecían asma durante 20 años, el cannabis mejora la función pulmonar.

Los pacientes con osteoartritis han informado de una reducción del dolor y una mejoría del sueño cuando utilizan medicamentos a base de cannabis.

Quienes sufren de dolor crónico han descubierto que consumir cannabis es más eficaz para reducir el dolor que tomar aspirina.

Estudios anteriores han demostrado que el cannabis mejora varios síntomas relacionados con el estrés postraumático, incluidos flashbacks, mala calidad del sueño y nerviosismo.

El CBD combate la ansiedad, por lo que tiene un potencial decreciente.